domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo 4

Dos personas hablaban cuando yo me desperté, susurraban más bien. Seguí con los ojos cerrados, quería saber qué es lo que hablaban.
-¿Se ha quedado toda la noche aquí?-Dijo una voz que no conocía de nada- Debes de tenerla loca para que hiciera eso por ti.
Oí como la risa de Lucas resonaba por toda la habitación.
-No seas estúpido Len, no se fijaría en un tipo como yo, estoy seguro. A ella seguro que le molan más como mi hermano.
-Como a todas ¿No?
-Exacto-Lucas sonaba triste-, como a todas.
Los dos se quedaron en silencio un buen rato, estaba totalmente segura de que me estaban mirando, o por lo menos uno de ellos. Siempre me pasa cuando me miran, siento como un cosquilleo en la espalda y me pongo alerta.
-Es bastante guapa-La voz de ese tal Len era demasiado grave para mi gusto-, es una pena que no la hubiera visto antes.
-Es que siempre está encerrada en su habitación.
-¿Y que hace allí dentro? ¿Cosas sucias?
-Supongo que leerá y también dibuja. Lo hace bastante bien.
-¿Sabes que es lo que más me sorprende Lucas?-Oí como Len andaba por la habitación, se acercaba a mí- Que todavía no la hayas intentado seducir.
-¿Por qué debería hacerlo?-Lucas sonaba irritado, como si el comentario le hubiera ofendido.
-Porque si fuera tú, no podría resistirme-Noté su aliento en mi oreja y yo sobresalté-. ¡Oh vaya! Perdona, no quería despertarte-Me lo dijo totalmente arrepentido-.
Yo no dije nada, simplemente sonreí. Todavía no veía del todo bien, tenía la vista borrosa y mis músculos aun cansados, cuando por fin pude enfocar bien me quedé bloqueada ¿Ese era Len?
Era un tipo alto y musculado, su pelo era rubio claro. El flequillo a un lado tapaba casi toda su frente pero dejaban ver unas cejas gruesas y definidas, sus ojos del color del lapislázuli me miraban fijamente, tenía una mirada salvaje. Su sonrisa torcida era hermosa y sus dientes blancos y alineados le hacían parecer más atractivo de lo que ya era. Llevaba una camisa de cuello abierto dejando al descubierto su clavícula marcada y su gran pecho. Era hermoso.
-¿Estás bien?-Me preguntó acercando su cara a la mía, yo me eché para atrás con un movimiento brusco, mientras, el seguía avanzando- Pareces asustada pequeña.
-Len para-dijo Lucas, su tono de voz fue tan brusco que me impactó, estaba enfadado-, déjala en paz.
Len me sonrió amablemente y me revolvió el pelo mientras me pedía perdón. Ese gesto me agradó bastante.
Estuvo en la habitación más de una hora y pude fijarme que todos sus movimientos eran bruscos y coordinados, rápidos y audaces. Yo le miraba embobada, era impresionante el simple hecho de tenerlo en frente. Alguien hermoso como él era digno de admirar.
-Y entonces desapareciste-Dijo con ese tono de voz tan grave-, no sabía dónde coño te habías metido Lucas y entonces, a las 4 horas me llama tu hermano, que estás en el hospital. Y yo pensando ¿Qué cojones habrá hecho ahora? Estaba realmente asustado, en serio.
-Ya bueno…
-¿Qué hiciste?-Pregunté yo, mi tono de voz sonó cortante- ¿Se puede saber lo que hiciste para acabar así?
Len parecía divertirse mientras que yo medio regañaba a Lucas.
-Yo bueno… Me fui con una chica, una copa, otra y pum, no recuerdo mucho más.
-¡¿Tú sabes lo mal que lo pasé al verte tirado en el suelo Lucas?!-Me señalaba a mí misma con el dedo mientras me levantaba de golpe de aquel sillón-¡¿Al abrir la puerta y verte allí tirado?!-Cada vez estaba más cerca suya-La próxima vez que hagas algo así me encargaré yo misma de mandarte al hospital-Me choqué con el borde de la cama-, y no precisamente por las drogas y tu imprudencia.
Lucas me miraba fijamente a los ojos, no decía nada, ni si quiera parpadeaba a penas. Pude ver temor en los ojos y algo más, pero antes de que pudiera fijarme Len estalló en carcajadas. Los dos nos giramos para verle, yo le miré enfadada pero él ni siquiera se paró a mirarme.
-Dios mío parecías su madre-Dijo entre risas-, que me meo.
Lucas soltó unas risitas y yo sin aguantar un segundo más salí de la habitación enfadada y avergonzada. ¿Cómo podía haberle dicho eso a Lucas? Que hiciera lo que le diera la gana, para eso ya tiene 18 años ¿No?
Avancé con paso rápido por los pasillos de aquel horrible hospital. Estaba bastante sucio, se notaba que era de un pueblo. En las esquinas había suciedad acumulada y telarañas en varios rincones ¿No se supone que los hospitales deben de estar totalmente limpios?
Entré a un baño y lo único que podía ver ahí era suciedad. Me dio tanto asco que se me quitaron hasta las ganas de mear pero me quedé un rato allí encerrada mirándome al espejo. Tenía el pelo marrón revuelto y mis pecas se hacían notar bajo mis ojos verdes. Empecé a peinarme el pelo con mis manos huesudas, un par de mechones se enredaron en mis dedos, se me estaba cayendo el pelo.
-Me voy a quedar calva-Dije mientras los dejaba caer a aquel baño tan sucio-.
Salí de aquel baño asqueada, quería irme ya a casa. Avancé por el pasillo deprisa, había demasiados enfermos deambulando por los pasillos.
Justo cuando iba a entrar en la habitación me choqué con Len, que justo salía de allí.
-Oh vaya, ¿Ya vuelves pequeña? Te iba a ir a buscar, Lucas estaba preocupado.
-¿Y tú no?-Le dije con voz arisca, el no dijo nada, simplemente me dejó pasar.
Lucas ni si quiera me miró a la cara cuando pasé a la habitación. Me dejé caer en el sofá y Len se sentó en uno de los reposabrazos.
-Quiero irme a casa-Dije mirando al techo-, tengo mucho sueño y no me gusta dormir en este sofá.
-¿No se te ocurrió dormir con Lucas?-yo simplemente ignoré su comentario, empezaba a pasarte de listo.
-Si quieres irte vete-Me dijo Lucas, miraba sus pies mientras hablaba-, nadie te obliga a estar aquí.
-No quiero dejarte solo.
-No está solo, estoy yo aquí con él.
-Y por esa razón es por la que me quedo-Miraba a Len con una sonrisa que él me correspondía-, no me fio de ti.
El solo se rio, me pasó su brazo izquierdo por los hombros y me pegó a él. Yo no impuse resistencia alguna.
Estuvimos hablando casi toda la mañana hablando, y después Len trajo algo de comida pero yo cada vez estaba más cansada. No sé qué hice pero al final Len acabó sentado en el sofá y yo encima suya, dormida.
Le rodeaba el cuello con los brazos y tenía apoyada la cabeza en su hombro derecho, mientras, el me rodeaba con sus brazos musculados. Lucas nos miraba desde su cama con recelo. Len usaba 1 million, una colonia que podría reconocer en cualquier parte. Poco a poco me fui quedando dormida hasta que caí en un profundo sueño.

Me desperté tumbada en una cama, y no era la mía precisamente. Cuando enfoqué la vista pude ver que seguía en la habitación del hospital y vi a Lucas tumbado en el sillón con una postura realmente incómoda ¿Me había cedido el sitio? ¿En serio?
Me incorporé y vi en el reloj de la pared que eran las 5 de la mañana, pero me daba igual, Lucas tenía que estar en su cama, no yo.
Me levanté de la cama sin hacer ruido y me acerqué a él. Me quedé mirándole un par de segundos hasta que me arme de valor y le zarandeé para que se despertara. Me gruñó nada más tocarle.
-Lucas-Le movía suavemente te un lado para otro-, Lucas vete a tu cama.
-No-Dijo mientras me cogía de la muñeca y tiraba de mi-, quédate conmigo.
Me rodeó con sus brazos con fuerza, definitivamente no estaba dormido. Me intenté deshacer de ellos como pude pero no había manera, me había atrapado.
-Lucas, vete a tu cama-Le decía con un tono de voz cada vez más alto-, estás enfermo, tienes que descansar.
-No lo estoy, mañana por la mañana me dan el alta.
-Vale, me alegro-Le dije mientras que tiraba de él, había conseguido liberarme-. Pero ahora a tu cama.
Él se levantó y fue hacia ella arrastrando los pies, se sentó en el borde y cuando tenía la guardia baja me agarró y me tumbó en la cama con él.
-¿Qué haces?-Le dije mientras me giraba para darle la espalda.
-Nada-Y dicho esto ninguno habló más-.
No intenté soltarme otra vez ya que sabía que el esfuerzo sería en vano. A los 10 minutos noté la respiración de Lucas en la nuca, se había quedado dormido.

Me giré para mirarle la cara, me encantaba observarle y más cuando dormía, se le veía inocente e incluso feliz. Me quedé cara a cara con él y sin pensarlo le besé la frente, así era como mi madre me decía buenas noches. Al hacerlo Lucas me apretó contra él y sonrió levemente, no ocurrió nada más en toda la noche.

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