A la mañana siguiente vino un doctor a la habitación y le
dio el alta a Lucas. Por lo visto la operación salió bastante bien y ya no
necesita estar más en observación.
Bajamos a la salida donde Stefan nos esperaba en la
puerta con aquella camioneta mugrienta.
-Es hora de tirar este cacharro Stefan-Lucas hablaba
mirando al suelo-, no puedes ir con esto a tu trabajo.
-Lo sé, pero es que la he cogido cariño.
Los dos nos montamos sin decir nada más. El resto del
camino transcurrió en silencio, el silencio más incómodo del mundo. No sé si
era por mí y por Lucas, por Lucas y Stefan o yo que sé, pero era realmente
incómodo.
Llegamos a la casa en 30 minutos, aunque a mí me pareció
que fue eterno. Salí de la camioneta lo más rápido que pude, quería coger algo
para comer y subirme directamente a la habitación, no quería ver a nadie.
-¡LEN!-Grité al verle sentado en la cocina, estaba
comiéndose una ensalada-¡Que susto me has dado, joder!
El simplemente levantó la mirada y me sonrió, después
siguió comiendo sin decir nada. Me quedé mirándole unos segundos, era realmente
hermoso ¿Todo el mundo en esta casa era hermoso menos yo? Es lo que me
preguntaba cada vez que veía a uno de los tres chicos.
Parpadeé un par de veces antes de apartar la mirada de
él. Cogí un zumo de la nevera y me dispuse a salir de la cocina pero Lucas
entraba en ese momento en la cocina y nos chocamos los dos.
-Mira por dónde vas-Me dijo con ese tono arrogante que
tiene siempre-.
Yo simplemente le miré y seguí sin hacerle caso, oí como
resoplaba. Intenté llegar a las escaleras pero no lo conseguí, ahí estaba Stefan
cerrándome el paso, parecía serio.
-¿Qué pasó anoche?-Su tono de voz me paralizó
completamente-¿Qué pasó?
-Stefan-Le dije acercándome poco a poco hacia el-, no
pasó nada.
-¿Lo juras?-Esta vez sonaba preocupado.
-Si lo juro, ¿Stefan que te pasa?
-No lo sé-Dijo esto mientras se llevaba una mano a la
cara y se iba hacia la cocina-.
Me giré para ver cómo se marchaba, su ancha y fuerte
espalda me hipnotizaba, su pelo marrón brillaba y bueno… Tenía un bonito culo.
Se me escapó una pequeña sonrisa al mirarle marchar, era tan apuesto.
Subí a mi habitación por fin, pero no pude estar más de
cinco minutos sola, Len apareció en mi habitación.
-¿Qué haces?- Su colonia inundó toda la habitación-
¿Estás bien?
-Sí, estoy bien-Dije sin dejar de mirar al techo-.
Simplemente estoy cansada.
Len se tumbó a mi lado, los dos estábamos boca arriba en
la cama mirando el techo.
Len empezó a buscar mi mano hasta que la encontró y la
apretó con fuerza. Una ola de calor me recorrió el cuerpo. Empezó a acariciarme
con su pulgar y yo le imité. Popo a poco nos íbamos juntando hasta que acabé
con mi cabeza en su pecho. Ninguno decía nada.
Me daba miedo mirarle a la cara, quería besarle pero no
estaba convencida del todo.
Len soltó mi mano y empezó a hacerme suaves cosquillas
por mi tripa; cada vez tenía más calor.
Mi corazón se aceleraba a la vez que el bajaba la mano.
¿De verdad quería que metiera la mano?
Y justo antes de que ocurriera, oímos como Lucas le
llamaba desde el pasillo.
-Me cago en la hostia…-Dijo Len en voz baja- ¡¿QUÉ?!
Lucas entró en la habitación y se quedó blanco. Me miraba
fijamente, su rostro no mostraba ninguna expresión, me daba miedo.
-¿Qué hacéis?-Dijo por fin.
-Nada-Dijimos Leander y yo a la vez-.
-Por favor Len-Ahora parecía enfadado-, tengo que hablar
contigo.
Len me dio un beso en la cabeza antes de levantarse.
Lucas se quedó apoyado en el marco de la puerta.
-¿Qué ha pasado aquí?-Me dijo en tono cortante y mirando
al suelo.
-No ha pasado nada, simplemente hablábamos.
-No se os oía hablar.
-Bueno, estábamos tumbados en la cama, pero no ha pasado
nada, aparte ¿Qué te importa a ti lo que haga o deje de hacer?
-No me importa nada, puedes hacer lo que te salga de los
cojones-Dicho esto salió de la habitación dando un portazo-.
Yo me quedé mirando a la puerta ¿Qué leches le pasaba a
este ahora? Estaba tan a gusto con Len en la cama pero… ¿Realmente quería que
metiera la mano? Nunca me habían hecho nada parecido, nada de meter mano, nada
de meter nada.
Yo lo único que había hecho con un chico había sido
besarle en la boca.
Volví a mirar al techo y dejé la mente totalmente en
blanco. Todavía se olía la colonia de Len por la habitación.
De pronto una música rompió y me desconcentró, venía de
la habitación de Stefan.
Me levanté de la cama rápidamente y salí de la
habitación, justo cuando salía me encontré con Lucas en el pasillo; yo le miré
al os ojos, el evitó mi mirada. Hecho esto Lucas se metió en su habitación
donde se oía a Len hablando por teléfono.
Yo me dirigí a la habitación de Stefan. No me molesté ni
si quiera en llamar a la puerta.
Cuando entré me quedé pasmada, Stefan estaba de espaldas
buscando en su armario y solo llevaba puestos los calzoncillos. Tenía la
espalda musculada y ancha, sus piernas y brazos eran fuertes y su pelo brillaba
con el sol que entraba por la ventana.
Aparté la vista de él y fui directa a la cadena de
música.
-¡Eh! ¿Qué haces?-Dijo Stefan al segundo de parar la
música, seguía mirando al armario- ¡Qué estoy cambiándome!
De pronto se giró y yo no fui capaz de articular palabra.
Sus pectorales y abdominales estaban totalmente marcados, sus brazos eran aún
más fuertes vistos desde aquí. Su clavícula realmente marcada era lo que más me
llamaba la atención. Después, sin poder evitarlo, bajé la vista a ese gran bulto
que tenía entre las piernas; y por último, cometí el error de mirarle a los
ojos. Los dos nos quedamos callados mirándonos. El corazón se me aceleró.
Stefan comenzó a mover el labio pero no dijo nada,
simplemente se quedó ahí parado, mirándome.
-Lo siento-Dije por fin-, tenías la música muy alta.
Stefan no decía nada. De repente dio un respingo y empezó
a rebuscar en su armario, sacó una camiseta azul marino y se puso unos
pantalones de chándal que había encima de su cama.
-Ya me has visto casi desnudo, estamos en paz.
Stefan me miraba con una sonrisa tímida, y ole devolví el
gesto.
De pronto apareció delante de mí y me besó la cabeza,
después la frente, bajó a la mejilla, las comisuras y cuando creía que me iba a
besar en los labios, bajó al cuello. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.
-Stefan…-dije sin pensar-.
Al decir eso Stefan me puso una mano en la cintura y me
abrazó contra él. La otra mano la tenía en mi nuca.
Cada vez se calentaba más el ambiente.
Stefan empezó a desabrocharme la camisa y empezó a
besarme el pecho. Las piernas me temblaban y el pulso me iba cada vez más
rápido.
De repente me tumbó en la cama y empezó a subir de nuevo.
El pecho, el cuyo, la mejilla y las comisuras. Fue directo a mis labios pero
antes de llegar a rozarlos se paró a pocos centímetros. Yo sin pensármelo dos
veces le cogí de la cara y le besé en los labios.
El corazón se me aceleró por completo. Tenía su cuerpo
encima del mío, estábamos completamente pegados.
Respirábamos a la vez y su corazón iba incluso más rápido
que el mío. Él jugaba con mi lengua y yo le mordía el labio.
De pronto su móvil empezó a sonar y nos quedamos parados
a unos pocos centímetros el uno del otro. Gruñó y se separó de mí.
-¿Si?-Dijo mientras me cogía la mano- Si, voy para allá.
Colgó el teléfono y sacó un traje de su armario.
-Tengo que irme-Se giró para hablarme, estaba sonriente-,
tengo una reunión urgente.
Yo le miraba sentada en la cama, se acercó a mí y me dio
un beso en los labios.
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