domingo, 29 de diciembre de 2013

Capítulo 5

A la mañana siguiente vino un doctor a la habitación y le dio el alta a Lucas. Por lo visto la operación salió bastante bien y ya no necesita estar más en observación.
Bajamos a la salida donde Stefan nos esperaba en la puerta con aquella camioneta mugrienta.
-Es hora de tirar este cacharro Stefan-Lucas hablaba mirando al suelo-, no puedes ir con esto a tu trabajo.
-Lo sé, pero es que la he cogido cariño.
Los dos nos montamos sin decir nada más. El resto del camino transcurrió en silencio, el silencio más incómodo del mundo. No sé si era por mí y por Lucas, por Lucas y Stefan o yo que sé, pero era realmente incómodo.
Llegamos a la casa en 30 minutos, aunque a mí me pareció que fue eterno. Salí de la camioneta lo más rápido que pude, quería coger algo para comer y subirme directamente a la habitación, no quería ver a nadie.
-¡LEN!-Grité al verle sentado en la cocina, estaba comiéndose una ensalada-¡Que susto me has dado, joder!
El simplemente levantó la mirada y me sonrió, después siguió comiendo sin decir nada. Me quedé mirándole unos segundos, era realmente hermoso ¿Todo el mundo en esta casa era hermoso menos yo? Es lo que me preguntaba cada vez que veía a uno de los tres chicos.
Parpadeé un par de veces antes de apartar la mirada de él. Cogí un zumo de la nevera y me dispuse a salir de la cocina pero Lucas entraba en ese momento en la cocina y nos chocamos los dos.
-Mira por dónde vas-Me dijo con ese tono arrogante que tiene siempre-.
Yo simplemente le miré y seguí sin hacerle caso, oí como resoplaba. Intenté llegar a las escaleras pero no lo conseguí, ahí estaba Stefan cerrándome el paso, parecía serio.
-¿Qué pasó anoche?-Su tono de voz me paralizó completamente-¿Qué pasó?
-Stefan-Le dije acercándome poco a poco hacia el-, no pasó nada.
-¿Lo juras?-Esta vez sonaba preocupado.
-Si lo juro, ¿Stefan que te pasa?
-No lo sé-Dijo esto mientras se llevaba una mano a la cara y se iba hacia la cocina-.
Me giré para ver cómo se marchaba, su ancha y fuerte espalda me hipnotizaba, su pelo marrón brillaba y bueno… Tenía un bonito culo. Se me escapó una pequeña sonrisa al mirarle marchar, era tan apuesto.
Subí a mi habitación por fin, pero no pude estar más de cinco minutos sola, Len apareció en mi habitación.
-¿Qué haces?- Su colonia inundó toda la habitación- ¿Estás bien?
-Sí, estoy bien-Dije sin dejar de mirar al techo-. Simplemente estoy cansada.
Len se tumbó a mi lado, los dos estábamos boca arriba en la cama mirando el techo.
Len empezó a buscar mi mano hasta que la encontró y la apretó con fuerza. Una ola de calor me recorrió el cuerpo. Empezó a acariciarme con su pulgar y yo le imité. Popo a poco nos íbamos juntando hasta que acabé con mi cabeza en su pecho. Ninguno decía nada.
Me daba miedo mirarle a la cara, quería besarle pero no estaba convencida del todo.
Len soltó mi mano y empezó a hacerme suaves cosquillas por mi tripa; cada vez tenía más calor.
Mi corazón se aceleraba a la vez que el bajaba la mano. ¿De verdad quería que metiera la mano?
Y justo antes de que ocurriera, oímos como Lucas le llamaba desde el pasillo.
-Me cago en la hostia…-Dijo Len en voz baja- ¡¿QUÉ?!
Lucas entró en la habitación y se quedó blanco. Me miraba fijamente, su rostro no mostraba ninguna expresión, me daba miedo.
-¿Qué hacéis?-Dijo por fin.
-Nada-Dijimos Leander y yo a la vez-.
-Por favor Len-Ahora parecía enfadado-, tengo que hablar contigo.
Len me dio un beso en la cabeza antes de levantarse. Lucas se quedó apoyado en el marco de la puerta.
-¿Qué ha pasado aquí?-Me dijo en tono cortante y mirando al suelo.
-No ha pasado nada, simplemente hablábamos.
-No se os oía hablar.
-Bueno, estábamos tumbados en la cama, pero no ha pasado nada, aparte ¿Qué te importa a ti lo que haga o deje de hacer?
-No me importa nada, puedes hacer lo que te salga de los cojones-Dicho esto salió de la habitación dando un portazo-.
Yo me quedé mirando a la puerta ¿Qué leches le pasaba a este ahora? Estaba tan a gusto con Len en la cama pero… ¿Realmente quería que metiera la mano? Nunca me habían hecho nada parecido, nada de meter mano, nada de meter nada.
Yo lo único que había hecho con un chico había sido besarle en la boca.
Volví a mirar al techo y dejé la mente totalmente en blanco. Todavía se olía la colonia de Len por la habitación.
De pronto una música rompió y me desconcentró, venía de la habitación de Stefan.
Me levanté de la cama rápidamente y salí de la habitación, justo cuando salía me encontré con Lucas en el pasillo; yo le miré al os ojos, el evitó mi mirada. Hecho esto Lucas se metió en su habitación donde se oía a Len hablando por teléfono.
Yo me dirigí a la habitación de Stefan. No me molesté ni si quiera en llamar a la puerta.
Cuando entré me quedé pasmada, Stefan estaba de espaldas buscando en su armario y solo llevaba puestos los calzoncillos. Tenía la espalda musculada y ancha, sus piernas y brazos eran fuertes y su pelo brillaba con el sol que entraba por la ventana.
Aparté la vista de él y fui directa a la cadena de música.
-¡Eh! ¿Qué haces?-Dijo Stefan al segundo de parar la música, seguía mirando al armario- ¡Qué estoy cambiándome!
De pronto se giró y yo no fui capaz de articular palabra. Sus pectorales y abdominales estaban totalmente marcados, sus brazos eran aún más fuertes vistos desde aquí. Su clavícula realmente marcada era lo que más me llamaba la atención. Después, sin poder evitarlo, bajé la vista a ese gran bulto que tenía entre las piernas; y por último, cometí el error de mirarle a los ojos. Los dos nos quedamos callados mirándonos. El corazón se me aceleró.
Stefan comenzó a mover el labio pero no dijo nada, simplemente se quedó ahí parado, mirándome.
-Lo siento-Dije por fin-, tenías la música muy alta.
Stefan no decía nada. De repente dio un respingo y empezó a rebuscar en su armario, sacó una camiseta azul marino y se puso unos pantalones de chándal que había encima de su cama.
-Ya me has visto casi desnudo, estamos en paz.
Stefan me miraba con una sonrisa tímida, y ole devolví el gesto.
De pronto apareció delante de mí y me besó la cabeza, después la frente, bajó a la mejilla, las comisuras y cuando creía que me iba a besar en los labios, bajó al cuello. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.
-Stefan…-dije sin pensar-.
Al decir eso Stefan me puso una mano en la cintura y me abrazó contra él. La otra mano la tenía en mi nuca.
Cada vez se calentaba más el ambiente.
Stefan empezó a desabrocharme la camisa y empezó a besarme el pecho. Las piernas me temblaban y el pulso me iba cada vez más rápido.
De repente me tumbó en la cama y empezó a subir de nuevo. El pecho, el cuyo, la mejilla y las comisuras. Fue directo a mis labios pero antes de llegar a rozarlos se paró a pocos centímetros. Yo sin pensármelo dos veces le cogí de la cara y le besé en los labios.
El corazón se me aceleró por completo. Tenía su cuerpo encima del mío, estábamos completamente pegados.
Respirábamos a la vez y su corazón iba incluso más rápido que el mío. Él jugaba con mi lengua y yo le mordía el labio.
De pronto su móvil empezó a sonar y nos quedamos parados a unos pocos centímetros el uno del otro. Gruñó y se separó de mí.
-¿Si?-Dijo mientras me cogía la mano- Si, voy para allá.
Colgó el teléfono y sacó un traje de su armario.
-Tengo que irme-Se giró para hablarme, estaba sonriente-, tengo una reunión urgente.

Yo le miraba sentada en la cama, se acercó a mí y me dio un beso en los labios.

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